La Espera II

 

Cuando salí del estudio, solo un pensamiento cruzaba por mi mente. Acostarme con vos. No podía creer el deseo que me habías generado, solo con tu mirada, con tus palabras, con esos pequeños roces.
 
Mientras caminaba hacia el estacionamiento, mi mente era un torbellino, si lo pensaba fríamente no había pasado nada solo un simple juego de seducción que me había dejado atrapada en una telaraña en la que hasta ahora no sabia si quería salir o no.
 
Mañana habías dicho ... esa palabra se volvió un ruego, un mantra ... ¿mañana me llamarías o escribirías?, ¿mañana nos encontraríamos?... no habías dicho nada mas y yo no podía pensar en nada más...
 
Subí al auto y trate de concentrarme para llegar a casa, por suerte el día había terminado y no tenia que  regresar a la empresa. La verdad es que no hubiese podido.
 
Sabia que nuestro encuentro se iba a dar, no tenia dudas de eso. Así que decidí pasar por el shopping y comprarme algo de lencería, quería estar sexy para vos. No sabia tus gustos pero por tu mirada lasciva podía intuir que el negro y el rojo serían tus colores favoritos.
Quería ser mala. Quería ser perversa. Quería excitarte y que vos solo pudieras pensar en mi.
 
Mientras caminaba hacia el estacionamiento con mis compras,  podía sentir la humedad que corría por mi cuerpo, te imaginaba admirando mi nuevo conjunto para luego quitármelo, estaba excitada, caliente. No tenia excusas para volver a verte, todos los temas que teníamos ya estaban resueltos.
Solo me restaba esperar ...

Pasaron cuatro días sin tener noticias tuyas y esa espera en vez de enojarme me mantenía en vilo y peligrosamente excitada. Mientras estaba en una reunión mi BlackBerry me avisó de un nuevo mensaje, lo abrí rápidamente y sonreí...


De: Juan Almada
Para: Luciana Álvarez Toledo.
Asunto: Citación.

Esta noche a las 20:00 horas en mi departamento.
Un auto pasará por vos a las 19:00 horas.
No traigas ropa no vas a necesitarla.

J.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Confesiones ...