Cuando salí del estudio, solo un pensamiento cruzaba por mi mente. Acostarme con vos. No podía creer el deseo que me habías generado, solo con tu mirada, con tus palabras, con esos pequeños roces. Mientras caminaba hacia el estacionamiento, mi mente era un torbellino, si lo pensaba fríamente no había pasado nada solo un simple juego de seducción que me había dejado atrapada en una telaraña en la que hasta ahora no sabia si quería salir o no. Mañana habías dicho ... esa palabra se volvió un ruego, un mantra ... ¿mañana me llamarías o escribirías?, ¿mañana nos encontraríamos?... no habías dicho nada mas y yo no podía pensar en nada más... Subí al auto y trate de concentrarme para llegar a casa, por suerte el día había terminado y no tenia que regresar a la empresa. La verdad es que no hubiese podido. Sabia que nuestro encuentro se iba a dar, no tenia dudas de eso. Así que decidí pasar por el shopping y comprarme alg...