Carta a mi viejo ... donde quiera q estés

Un día mi mundo cambió, de la noche a la mañana la seguridad que sentía, el saberme amada y cuidada o custodiada como vos decías, terminó. Me encontré sola en una sala de espera de una guardia, mirando sin mirar y a lo lejos escuchaba que alguien me hablaba y me decía que ya no estabas con nosotras.

Y yo no entendía nada, mi viejo, el todopoderoso estaba muerto y yo que siempre manejé todo y podía hacer y deshacer a mi antojo tuve que quedarme de brazos cruzados sin poder hacer nada. Nunca tuve tanto miedo como en ese momento, no lograba entender y hoy no logro comprender que no estés acá, conmigo y con Chechi.

Ese día me sentí una inútil no podía comprender como el mundo seguía girando, salí a la calle y los colectivos pasaban, la gente se reía y sin embargo el día estaba oscuro y gris, como si Dios entendiese mi dolor y hubiese puesto un manto de luto al cielo.

Ya no había algarabía en mi vida. Me sentí tan sola, tan abandonada. ¿Por qué tuviste que morirte? ¿Por qué tuviste que dejarnos?, no es justo. Te amábamos tanto y sin embargo partiste seguramente a un lugar mejor pero como se puede estar mejor lejos de las personas que te aman?

Papá te extraño tanto que me duele, hay días que el dolor no es tan fuerte pero otras veces siento que vuelvo a morir. Daría todo lo que tengo por tenerte un poco más junto a mí. Quiero escuchar tu vos llamándome Ferni, verte en la cocina escuchando la audición de huracán y tomando mate, ver la sonrisa en tus ojos y como me mirabas a través de tus anteojos.

Tantos recuerdos lindos y sin embargo lo único que siento es dolor, no poder hablar de vos en casa me mata, siento que si no hablo es como dejarte ir y no puedo hacerlo, no puedo.

Quiero verte, escucharte, abrazarte, decirte lo mucho que te amo y escucharte decir que soy la luz de tus ojos.

Ya pasaron 8 meses desde tu partida y puta que la ausencia se siente. Tengo tantas cosas por contarte y tanto que decirte, necesito tus consejos porque siempre diste en la tecla, me conoces como nadie y me amaste siempre con mis defectos y virtudes.

Siempre estuviste a mi lado en los buenos y malos momentos, fuiste un tipo de honor y me dejaste una herencia enorme en valores y virtudes.

Me enseñaste a ser independiente, a pensar, a luchar por mis ideales, a no bajar los brazos y no dejarme pisotear por los otros.

Sé que estabas orgulloso de mi y que me amabas porque nunca pusiste reparos en decírmelo.

Fuiste un gran padre y es un orgullo ser tu hija.

Donde quiera que estés nunca olvides que te amo y un día vamos a volver a vernos porque sé que nos vas a estar esperando.

Te amo

Comentarios

  1. ¿sabes?... despues de leerte creo que no estas tan sola como te sientes.... el esta en ti, contigo, dentro de ti, no te dejado..... solo es otra forma de estar

    H

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